miércoles, 31 de enero de 2007

Muchas convenciones y nada de conclusiones.

Por Luís Eduardo Jaimes Bautista JB

La 12ª Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se reunió en Nairobi, Kenia, del 6 al 17 de noviembre. Lamentablemente esta Convención ha mostrado hasta ahora que la codicia humana ha prevalecido sobre la inteligencia de los hombres y ha estado dominada por intereses a los que le importa muy poco el medio ambiente y los humanos y demasiado el dinero.

Por lo tanto es necesario pensar en términos de lo que realmente debe hacerse para evitar la amenazante crisis climática y no de cuánto dinero se ganará o perderá en diferentes escenarios.
Es un hecho bien conocido que las principales causas del cambio climático se relacionan con el consumo de combustible fósil (carbón, petróleo y gas) y en menor grado, con la deforestación y que ambas causan las emisiones de carbono, principalmente responsables del calentamiento lobal.
Estas dos causas son, sin embargo, totalmente diferentes. El carbono almacenado en los combustibles fósiles no forma parte del ciclo biosférico del carbono. Una vez extraído y quemado, ese carbono se agrega a la reserva de carbono de la superficie y nunca jamás regresará a su forma subterránea original de petróleo, carbón o gas.

El uso del combustible fósil es, por lo tanto, en términos prácticos, una causa irreversible del cambio climático.Es por ello es que el uso del combustible fósil ya debería ser considerado una provocación ambiental extrema que no puede ser “compensada” de ninguna forma.

Si los gobiernos hubieran adoptado este enfoque cuando el Protocolo de Kyoto fue acordado en 1997, ahora estaríamos dirigiéndonos hacia un mundo libre de combustible fósil, con un futuro climático mucho más brillante.Las emisiones de carbono derivadas de la deforestación son diferentes, porque el carbono almacenado en la biomasa forestal es –y siempre ha sido- parte de la reserva de carbono de la superficie.

Esto significa que si la deforestación fuera revertida mediante el restablecimiento de los bosques –lo que no es sinónimo de las plantaciones de monocultivos de árboles- es probable que los crecientes bosques “absorban” parte del carbono liberado cuando el bosque fue destruido o degradado.
Considerando lo que antecede, si los gobiernos quieren seriamente abordar el cambio climático, deben comprometerse a: Retirar gradualmente los combustibles fósiles en un breve período de tiempo y detener y revertir la deforestación, lo más pronto posible.
Sin embargo, no todos los países son igualmente responsables del cambio climático.

El Norte industrializado posee la mayor parte de la responsabilidad del problema, y está obligado a implementar soluciones a la situación que creó. Como acuerdan la mayor parte de los expertos, también tiene los recursos financieros y técnicos que pueden hacer posible el retiro gradual de los combustibles fósiles.
La responsabilidad del Norte es muy clara en el caso de las emisiones de carbono relacionadas con el combustible fósil, la mayoría de las cuales ha liberado en la atmósfera desde el comienzo de la Revolución Industrial. Pero también resulta claro que la mayor parte de la deforestación que está teniendo lugar en el Sur también está relacionada con el Norte. Productos como soja, carne, camarones, aceite de palma, madera, pasta y papel y minerales –todos los cuales ocasionan pérdida de bosques- acaban principalmente en los mercados del Norte, mientras que las instituciones lideradas por el Norte, como el FMI y el Banco Mundial imponen políticas al Sur que necesariamente ocasionan más deforestación.
Por lo tanto es necesario que los gobiernos del Norte se comprometan a: Poner a disposición todos los recursos financieros y técnicos necesarios para retirar gradualmente los combustibles fósiles en un breve período de tiempo –tanto en el Norte como en el Sur.
Introducir cambios pertinentes en sus economías y políticas para que sea posible detener y revertir la deforestación en un breve lapso.
Asegurarse que los países y pueblos del Sur se beneficien con esos cambios y que de ninguna forma se vean perjudicados por los mismos. Entre otras cosas, esto significa que no se implementen monocultivos de árboles en gran escala o para biocombustible en sus tierras.En consecuencia, la Convención necesita alejarse de los complicados y fraudulentos planes de comercialización de carbono en los que ha estado involucrada durante los pasados nueve años. Como señal de cambio, debería cesar de considerar el uso de plantaciones de árboles como sumideros de carbono y excluir inmediatamente la posibilidad de usar árboles genéticamente modificados en dichas plantaciones. Al mismo tiempo, debería comenzar a abordar seriamente cómo retirar gradualmente los combustibles fósiles y cómo detener la deforestación.Todo esto no es más que sentido común, aunque es totalmente diferente a las falsas soluciones que los negociadores climáticos del gobierno probablemente pasarán la mayor parte del tiempo discutiendo cuando se reúnan en Nairobi.Los biocombustibles no resuelven sino que agravan el cambio climático.El volumen de combustibles fósiles que la civilización “petrolera” quema en un año contiene una cantidad de materia orgánica equivalente a cuatro siglos de plantas y animales.

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